A diferencia de otras bebidas alcohólicas, podemos disfrutar de una misma botella de whisk(e)y por un período de tiempo relativamente prolongado. Pero, para minimizar el impacto de abrir tu botella y mantener su calidad y sabor por el mayor tiempo posible, debes seguir estos pasos:
Posición vertical: Guarda la botella en posición vertical para evitar que el corcho se deteriore. A diferencia del vino, el contacto prolongado con el corcho no beneficia al whisky.
Evita la luz y el calor: Almacena el whisky en un lugar fresco y oscuro, lejos de la luz solar directa y las fuentes de calor. La luz y el calor pueden acelerar la oxidación y afectar los sabores del whisky.
Minimiza la exposición al aire: A medida que se va consumiendo, la cantidad de aire dentro de la botella aumenta, lo que puede alterar los sabores con el tiempo. Puedes transferir el whisky restante a una botella más pequeña para reducir el espacio de aire o utilizar aerosoles de gas inerte para preservar el whisky.
Tapa bien la botella: Después de servir, asegúrate de cerrar la botella herméticamente para limitar la exposición al aire. Un sello hermético ayuda a mantener los sabores.
Consistencia en la temperatura: Mantén una temperatura constante en el lugar donde guardas la botella. Los cambios bruscos de temperatura pueden afectar la calidad del whisky.
Siguiendo estos pasos, podrás disfrutar de tu whisky durante un período más prolongado sin que pierda su calidad ni sus sabores distintivos.
Para más información sobre la duración de vida de un whisk(e)y, échale un vistazo a este blog de hace algún tiempo.
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